Aunque estar totalmente vacunado contra el COVID-19 reduce drásticamente las posibilidades de ser hospitalizado y de morir a causa de la enfermedad, las vacunas no eliminan por completo los riesgos de infección.
Por ello, los expertos en salud han seguido pidiendo a las personas practicar otras medidas preventivas, incluido el uso de tapabocas para beneficiarse de una capa adicional de protección durante la pandemia.
Pero más de un año y medio después, ¿qué más han aprendido los científicos sobre la capacidad de los tapabocas para frenar la propagación del coronavirus? ¿Y siguen siendo eficaces los tipos de tapabocas recomendados por las autoridades de salud a medida que van apareciendo variantes más peligrosas?
Las orientaciones sobre los tapabocas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) se tambaleaban a principios de este año, cuando los funcionarios anunciaron que las personas totalmente vacunadas podían renunciar al uso de tapabocas en todos los casos, y luego se retractaron y dijeron que debían llevarlos en público en zonas de "transmisión sustancial o elevada". Los CDC actualizaron sus recomendaciones tras el aumento de los casos de coronavirus causados por la variante Delta.
Las personas no vacunadas y las vacunadas que están inmunodeprimidas deben seguir usando tapabocas bien ajustados en interiores en público. Los tapabocas no suelen ser necesarios al aire libre, excepto en las zonas con un elevado número de casos de COVID-19.
En general, los CDC dicen que los tapabocas deben tener dos o más capas de "tejido lavable y transpirable" que cubra completamente la nariz y la boca. Deben "ajustarse perfectamente a los lados de la cara" sin dejar huecos y tener una varilla que se doble sobre la nariz para evitar la fuga de aire por la parte superior.
Este criterio puede incluir tapabocas de tela, los quirúrgicos, los caseros y los que tienen paneles de plástico transparente para facilitar la comunicación. Los CDC dicen que hay que evitar los tapabocas de tela que dificultan la respiración, los que tienen válvulas de exhalación o rejillas de ventilación y los N95 etiquetados como "quirúrgicos" o "médicos" para darles prioridad a los trabajadores de la salud.
Precaución con los tapabocas caseros y de tela
Si decides seguir usando tu tapabocas casero o de tela de varias capas, los expertos aconsejan lavarlos todos los días. Pero procede con precaución.
Un estudio publicado en julio de 2020 descubrió que las gotas respiratorias viajaban unas 2.5 pulgadas después de atravesar un tapabocas de tela casero, unas 8 pulgadas con un tapabocas desechable de estilo cónico y algo más de un pie con un pañuelo doblado en un entorno de laboratorio. Pero con un pañuelo, las gotitas de tos viajaron unos tres pies y siete pulgadas (el peor de todos, aparte de no traer puesto tapabocas), a pesar de que el material tenía el mayor número de hilos en comparación con las otras coberturas.
Existen dos pruebas que el doctor Roy Chemaly, especialista en enfermedades infecciosas del MD Anderson Cancer Center de Texas, denomina "flujo y brillo" para calibrar la calidad del tapabocas.
Una de ellas consiste en sostener un cerillo o una vela encendida a unas seis pulgadas de tu cara mientras traes un tapabocas y tratar de apagarla. Si la llama se apaga, es posible que tengas que cambiar tu tapabocas. La otra prueba consiste en sostener el tapabocas frente a una luz brillante; si se ve a través de él, es posible que el tapabocas no sea lo suficientemente grueso como para bloquear las gotas respiratorias de otras personas potencialmente enfermas.
Un estudio publicado en septiembre entre cerca de 350 mil personas en las zonas rurales de Bangladesh descubrió que las aldeas a las que se les asignó el uso de tapabocas quirúrgicos tenían un 11 por ciento menos de probabilidades de desarrollar COVID-19 en ocho semanas que las aldeas que no usaban tapabocas. La protección aumentó hasta el 35 por ciento en el caso de las personas mayores de 60 años.
En las aldeas que usaban tapabocas de tela se registraron menos casos de COVID-19 en comparación con las aldeas que no usaban tapabocas, pero los investigadores de las universidades de Stanford y Yale afirmaron que "la diferencia no fue estadísticamente significativa", en consonancia con los estudios que demuestran que los tapabocas quirúrgicos pueden filtrar mejor los gérmenes. Sin embargo, los tapabocas de tela sí redujeron la probabilidad de que los habitantes de Bangladesh experimentaran síntomas de coronavirus mientras estaban infectados.
"Nuestro estudio aporta pruebas sólidas de que el uso de tapabocas puede interrumpir la transmisión [del coronavirus]. También sugiere que la eficacia de la filtración es importante", dijo en un comunicado el doctor Stephen Luby, coautor del estudio y profesor de medicina en Stanford. "Esto incluye el ajuste del tapabocas, así como los materiales con los que está hecho. Un tapabocas de tela es sin duda mejor que nada. Pero ahora podría ser un buen momento para considerar el cambio a un tapabocas quirúrgico".
Es importante señalar que los tapabocas quirúrgicos no están diseñados para ser reutilizados. La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) dice que si están "dañados o sucios, o si la respiración a través del tapabocas se dificulta, debes quitártelo, desecharlo de forma segura y sustituirlo por uno nuevo".
Los tapabocas quirúrgicos también pueden perder su eficacia con el tiempo. Un estudio publicado en julio de 2020 descubrió que las personas que tosen levemente pueden seguir expulsando gotas hasta tres pies de su boca mientras llevan puesto un tapabocas quirúrgico porque la presión se acumula en su interior.
¿Deberías ponerte doble tapabocas?
Cuando la variante Delta empezó a dominar todas las demás versiones del coronavirus en Estados Unidos, algunos expertos en salud sugerían que la gente llevara dos tapabocas: una de tela sobre otra quirúrgica. Los CDC nunca exigieron oficialmente el uso de dos tapabocas, pero la agencia lo incluyó en las recomendaciones actualizadas.
Un estudio de los CDC publicado en febrero reveló que el uso de un tapabocas de tela sobre un tapabocas quirúrgico (así como la modificación de un tapabocas quirúrgico anudando los bucles de las orejas) reducía el riesgo de que una persona sana contrajera el coronavirus en más del 95 por ciento.
Algunos expertos afirman que no es malo llevar dos tapabocas, pero siempre que el tapabocas casero, de tela o quirúrgico, se ajuste a los criterios establecidos por los CDC, debería beneficiarte de cierta protección contra la infección por coronavirus.