WASHINGTON — Cada semana, un grupo de casi 100 líderes conservadores se reúne para una llamada de estrategia de 30 minutos sobre un solo tema: cómo combatir la amplia legislación demócrata para cambiar la forma en que se realizan las elecciones federales.
Hace dos semanas, el ponente principal fue el senador Mitch McConnell, quien dejó muy claro que derrotar la " For the People Act" es su principal prioridad en esta sesión legislativa de dos años.
McConnell ha transmitido su vehemente oposición al proyecto de ley en repetidas ocasiones en público. Lo que es diferente, afirman los conservadores, es su nivel de compromiso personal tras bastidores para educar a los activistas sobre lo perjudicial que sería la legislación para las futuras perspectivas electorales de los republicanos. Los implicados han notado un nivel de compromiso por parte del líder del Partido Republicano que no habían visto antes.
"Muchas veces el movimiento conservador solo trabaja con McConnell cuando se trata de una nominación al Tribunal Supremo, o de una lucha en el Tribunal Supremo. Así que hemos tratado de cambiar eso con la HR 1 y la S 1 y hacer que esta lucha sea similar y más parecida a la del Tribunal Supremo, en la que es como un esfuerzo de todos", comentó Jessica Anderson, directora ejecutiva de Heritage Action, uno de los principales grupos conservadores que se movilizan para luchar contra la agenda del presidente Joe Biden.
El hecho de que los proyectos de ley en ambas cámaras del Congreso aparezcan con el número "1" indica lo ansiosos que están los demócratas por aprobarlos. El líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, ha designado la revisión del derecho al voto como una de las principales prioridades que quiere ver completada para agosto.
El proyecto de ley de la Cámara de Representantes y el del Senado que lo acompaña están repletos de una lista de estipulaciones, entre las que se incluyen la eliminación de los requisitos de identificación de los votantes y la implantación del registro automático de votantes y del registro de votantes en el mismo día.
También pondría fin a la manipulación de los distritos, el proceso partidista utilizado para rediseñar los distritos del Congreso, y proporcionaría fondos federales equivalentes a los candidatos que se comprometan a renunciar a grandes contribuciones de campaña.
McConnell ha denunciado que se trata de una "toma de posesión partidista" que "victimizaría a todos los contribuyentes" y "daría a los demócratas de Washington un control sin precedentes sobre las leyes electorales de 50 estados". Su asesor político Josh Holmes la ha calificado como "la peor pieza legislativa que he visto jamás".
Algunos progresistas han advertido que McConnell se está tomando la legislación más en serio que incluso los demócratas. Y se espera que la lucha se intensifique la próxima semana, cuando el Comité de Reglas y Administación del Senado comience a revisar la legislación.
Jenny Beth Martin, que dirige Tea Party Patriots Action, lleva semanas movilizando a sus miembros en torno a este asunto.
"No quieren que el gobierno federal se haga cargo de las elecciones. No quieren que se apruebe la ley de los políticos corruptos. Esa es su principal preocupación", dijo Martin.
Por el momento, McConnell parece tener la ventaja. Los demócratas moderados se preocupan por el tamaño del proyecto de ley, y algunos han sugerido que se reduzca para hacerlo más aceptable políticamente.
Una de las ideas es adaptar su propósito exclusivamente a facilitar el voto, pero incluso eso podría suscitar la oposición casi unánime de los republicanos, muchos de los cuales creen que las normas para emitir votos ya son demasiado laxas e invitan a la posibilidad de fraude.
Pero el representante James Comer, republicano por Kentucky, declaró que los republicanos no aceptarán ninguna legislación que prohíba exigir una identificación para recibir una papeleta.
"Todos saben que mostrar un documento de identidad forma parte de nuestra vida cotidiana, ya sea que viajemos, que nos registremos en un hotel, que vayamos al servicio de recolección de entradas para un partido de baloncesto de preparatoria compradas en línea. Decir que hay que mostrar un documento de identidad en todos los aspectos de la vida, pero menos para votar... dice mucho de los demócratas", dijo Comer. "Y lleva a pensar, ¿a quién están tratando de engañar? En cualquier caso, está alienando a muchos estadounidenses promedio".
Aunque no hay pruebas generalizadas de fraude en las elecciones de 2020, muchas legislaturas estatales lideradas por el Partido Republicano están actuando para aprobar leyes que hagan más gravoso emitir un voto. La " For the People Act" anularía esencialmente esos esfuerzos.
Los comentarios privados de McConnell fusionan los componentes de política, políticos y proceso del tema y casi siempre conducen a un recordatorio de la importancia de la obstrucción. Algunos progresistas han señalado que la incapacidad de ampliar el derecho al voto obligará a Schumer a anular la obstrucción, una amenaza que los conservadores se están tomando en serio.
"Van a intentar utilizar la HR 1 como eje para abrirla obstrucción", comentó Tim Phillips, el presidente de Americans for Prosperity, que ha estado celebrando mítines en campos de batalla para el Senado en 2022 como Nevada y Arizona para presionar a los demócratas para que mantengan la obstrucción. "La presión no ha alcanzado el punto de ebullición que va a alcanzar. Vas a ver parte de los medios de comunicación, la izquierda dura, muchos de los mecanismos culturales que ellos controlan ... la presión no es ni remotamente tan alta como va a ser si Schumer va al pleno del Senado y hace un movimiento sobre la obstrucción.
“No estamos esperando que lo haga”.
Pero aunque McConnell sigue siendo el coco favorito de la izquierda, quizá no sea la parte más responsable si el proyecto de ley no se aprueba en el Senado. Los demócratas ni siquiera tienen todavía 50 votos y los republicanos expresan su confianza en que el senador moderado Joe Manchin, de Virginia Occidental, esté con ellos.