COLUMBIA, S.C.— El líder de una organización de defensa para víctimas de agresiones sexuales dijo que el hecho de que un jugador de fútbol americano de 18 años de Chapin High School tuviera relaciones sexuales con una niña de 13 años no era simplemente "niños siendo niños".
"Llamémoslo por lo que es: una agresión sexual", dijo Rebecca Lorick, directora ejecutiva de Pathways to Healing.
Pathways to Healing, anteriormente Sexual Trauma Services of the Midlands, es un centro de crisis por violación que ofrece asesoramiento, apoyo y otros servicios a víctimas y supervivientes de agresiones sexuales. También ofrece programas educativos.
Lorick respondía a una declaración del abogado de David Bennett Galloway III, un corredor estrella de Chapin y un importante prospecto del fútbol universitario, después de que un acuerdo con los fiscales permitiera a Galloway declararse culpable de un delito menor de agresión.
El abogado de Bennett, Jim May, dijo a WIS-TV que el acuerdo de culpabilidad —en el que se redujo un cargo de conducta sexual criminal con un menor a un delito menor de agresión— fue "probablemente la respuesta correcta a la situación, porque lo que había era dos niños siendo niños".
Eso no es lo que dice la ley cuando un joven de 18 años tiene relaciones sexuales con alguien de 13, dijo Lorick, y ese razonamiento es solo una de las formas en las que las víctimas de agresiones sexuales jóvenes son erróneamente culpadas de los delitos cometidos contra ellas. Además, las víctimas suelen sufrir acoso, especialmente cuando el agresor es un miembro destacado de la comunidad.
La conversación pública en torno al caso muestra la necesidad de educar sobre el consentimiento y la agresión sexual, dijo Lorick.
En una vista judicial celebrada el mes pasado, un fiscal describió el encuentro entre Galloway y la víctima como consentido.
En concreto, el procurador adjunto Dan Goldberg dijo que la víctima nunca le dijo a Galloway que no y que tampoco le indicó que no quería seguir teniendo sexo.
Aunque ese punto puede ser importante contextualmente, de acuerdo con Lorick, la ley dice que alguien de 13 años aún es menor y no tiene edad legal para tener sexo consensuado.
Cualquier encuentro sexual entre un joven de 18 años y alguien de 13 siempre es un delito, dijo Lorick.
May ha dicho que Galloway no sabía que la víctima tenía 13 años.
A pesar de la ley, los comentarios relacionados con la historia publicados en línea incluyen afirmaciones de que la niña de 13 años no era una víctima o que era una víctima solo en un sentido laxo de la palabra.
"Suele ocurrir", comentó una persona acerca del caso. "Ambos eran jóvenes e inmaduros".
Cargar a una víctima infantil con la responsabilidad de su agresión es culpar a la víctima, dijo Lorick.
En los casos de agresión sexual, la culpabilización de la víctima suele incluir a personas que dicen que la víctima no debería haberse vestido de una determinada manera o que la víctima no debería haber estado en un determinado lugar o haber hecho ciertas cosas, todo lo cual resta importancia al hecho de que el agresor es el verdadero culpable.
Tras la detención de Galloway en noviembre, se inició una petición en internet que presentaba a Galloway como una víctima en "manos de un sistema de justicia corrupto".
Bennett es un "hombre bueno y honesto" que nunca haría algo malo y que ayudó a su comunidad, dice la petición.
"Bennett es un atleta increíble, con dones con los que la mayoría de la gente sueña, y ahora está siendo despojado de su sueño: jugar al fútbol", dice.
"#JusticeforGalloway", termina la petición.
Fue firmada por 18 personas.
Lorick dijo que, como ocurre a menudo en los casos de agresión, se le da más credibilidad al acusado que a la víctima.
Algo común en los comentarios de las redes sociales sobre el caso Galloway es que la víctima podría haber parecido mayor de 13 años.
"Algunas chicas de 13 años parecen de 21 y no son tan inocentes", escribió un comentarista.
Es difícil no dar una respuesta emocional a un comentario así, dijo Lorick. Este tipo de comentarios son un ejemplo de culpabilización a las víctimas.
"Tenemos que regresarle esa culpa al agresor y no dejársela a la víctima", dijo.
Uno de los conceptos erróneos más comunes respecto al abuso sexual infantil es que los desconocidos son los abusadores, dijo Thomas Knapp, de la Red de Centros de Defensa de los Niños, con sede en Carolina del Sur.
"Ese no suele ser el caso", dijo Knapp.
Knapp habló con The State acerca de las víctimas infantiles y la prevención del abuso sexual en general, no específicamente en lo referente al caso Galloway.
La mayoría de las veces, los niños son abusados por alguien que conocen, como familiares, adultos cercanos o personas con las que conviven en la escuela, dijo Knapp. Los niños pueden tener miedo de denunciar los abusos. Los abusadores suelen impedir que sus víctimas denuncien, convenciéndolas de que la denuncia tendrá consecuencias para ambos.
Las escuelas y los profesores pueden ayudar a frenar el maltrato infantil, proporcionando educación y servicios de prevención.
La escuela desempeñó un papel en el caso Galloway.
Cuando los funcionarios de la escuela se enteraron del encuentro sexual entre el joven de 18 años y la de 13, lo denunciaron a los agentes, según un informe policial.
"Los profesores y las escuelas están realmente en una posición óptima para prevenir y ayudar a las víctimas", dijo Knapp. "Las escuelas desempeñan un papel fundamental a la hora de ayudar a identificar el abuso infantil y poner medidas de prevención para proteger a los niños".
La familia de la víctima ha guardado silencio público ante este caso.
El abogado Jack Duncan representó a la familia cuando Galloway se declaró culpable de agresión. Durante esa audiencia de declaración, Duncan leyó una breve declaración en nombre de la familia. Sus puntos más fuertes fueron que la comunidad de Chapin ha acosado vergonzosamente a la víctima y le ha causado un daño con el que alguien de 13 años no debería lidiar.
En una conversación el mes pasado con The State, Duncan dio más detalles. La víctima se ha enfrentado al ciberacoso en Instagram. La gente le hacía señas con el dedo por el número 21, el número que Galloway usaba en Chapin, y le gritaba en los pasillos de su escuela intermedia. La víctima tuvo que abandonar las clases y asistir a la escuela de forma virtual debido al acoso. Los familiares cercanos también han estado "muy afectados" por las secuelas del caso, incluido un pariente que perdió un trabajo.
Las víctimas de agresiones se enfrentan a menudo al acoso, dijo Lorick. A menudo ese acoso comienza incluso antes de que se presenten cargos penales, lo que hace que las víctimas no denuncien las agresiones.
Las víctimas no quieren ser "revictimizadas", dijo Lorick, lo que ocurre cuando el acoso aumenta a raíz de que la víctima denunció el delito.
De acuerdo con Lorick, tener que reunirse con la policía y asistir a las audiencias judiciales también hace que las víctimas revivan el delito. Y cuando un caso se desarrolla ante la opinión pública, como ha ocurrido con el caso Galloway, las víctimas se hacen a la idea de la carga que tendrán que soportar si denuncian. Todo eso hace que las víctimas no denuncien, lo que permite que las agresiones sexuales pasen desapercibidas.
"Es una batalla ardua que tenemos que seguir luchando para poder darle una voz a los supervivientes", dijo.
La culpabilización de las víctimas —junto con la ignorancia de la gente respecto al consentimiento, la agresión sexual y las leyes destinadas a proteger a los niños— apuntan a la necesidad de educar acerca de estos temas, dijo Lorick.
Pathways to Healing ofrece un programa educativo para todas las edades, desde niños pequeños hasta adultos. El programa para adultos "disipa los mitos sobre la agresión sexual y al consentimiento", dijo Lorick.
Aunque es importante educar al público general en lo referente al abuso infantil y sexual, dijo Knapp, "es fundamental educar también a los niños".
Parte de esa educación consiste en enseñarle a los niños a denunciar cuando han sido víctimas de abusos.
"Muchos abusos infantiles no se denuncian", dijo Knapp. "Los niños tienen miedo de contarlo".
La educación es necesaria incluso para personas que el público no espera. Lorick dijo que la experiencia ha demostrado que los jueces, abogados y fiscales también necesitan educarse cuando se trata del consentimiento y la agresión sexual.
Lorick dijo que su esperanza y la de Pathways to Healing "es que podamos conseguir que la gente vea que esto nunca es culpa de la víctima".
Galloway no sabía la edad de la chica antes de que tuvieran relaciones sexuales, dijo May, su abogado.
Galloway pasó la prueba del detector de mentiras cuando se le preguntó si sabía la edad de la chica, subrayó May. Su investigación encontró otras pruebas de que Galloway no sabía su edad, dijo May.
Galloway nunca usó el desconocimiento de la edad como excusa ante el tribunal. Se refirió a esto específicamente en una declaración hecha durante su audiencia de declaración de culpabilidad.
"El error de la edad no es una defensa", dijo.
Los fiscales de la Fiscalía del 5º Circuito sostienen que Galloway sí conocía la edad de la chica antes de mantener relaciones sexuales con ella. Una declaración jurada de un testigo entregada a los investigadores de la policía proporcionó un momento específico en el que Galloway se enteró de la edad de la víctima, según un documento de la policía.
Galloway asumió toda la responsabilidad de su delito cuando se declaró culpable de un delito menor de agresión, concretamente de "manoseo ilegal" y de posesión de alcohol por parte de un menor de edad.
"Bebí cuando no debía e hice algo que no debía", dijo ante el tribunal. Pidió disculpas a la víctima, a su familia, a su propia familia y a la comunidad de Chapin.
La familia Galloway intentó detener el acoso que la víctima y su familia sufrían en la comunidad de Chapin, dijo May.
Goldberg, el procurador adjunto, dijo que se llegó al acuerdo de declaración de culpabilidad, el cual redujo el cargo de conducta sexual criminal con alguien menor de edad, al consultar a la víctima, a su familia y a la policía. Goldberg dijo que existían pruebas como para procesar a Galloway por el cargo más grave, que se castiga con hasta 20 años de prisión.
Galloway fue sentenciado a 240 horas de servicio comunitario y a asesoramiento sobre alcohol y drogas, así como a otras estipulaciones. También se le ordenó el pago de 15,000 dólares como restitución a la víctima, para que esta busque asesoramiento. Si no se adhiere a las estipulaciones, podría ir a la cárcel durante 60 días.
Lorick dijo que las víctimas se enfrentan a varios desafíos si un caso va a juicio. Las víctimas tienen que volver a vivir su agresión pero en un tribunal, un ámbito muy intimidante. Puede que las víctimas deban asistir a un interrogatorio, cosa que puede hacerles revivir la culpa y la incredulidad a las que ya se habían enfrentado. Esto puede ser aún más traumático para alguien de edad infantil.
A menudo, las víctimas solo quieren recuperarse y seguir adelante con sus vidas, sin tener que revivir su trauma, dijo Lorick.
Cambiar la forma en que las víctimas se enfrentan a sus abusadores en los tribunales podría ayudar a aliviar el trauma y a fomentar la denuncia de abusos, dijo Knapp.
Dos ideas que se han presentado son el no exigirle a los niños a que se enfrenten directamente a sus agresores en el juicio y el permitir que los niños den un testimonio grabado.
El aumento del uso de defensores para las víctimas infantiles por parte de la policía y los tribunales ha ayudado a las víctimas, dijo Knapp. Seguir involucrando a los defensores de las víctimas infantiles mejorará los tribunales para las víctimas en el futuro.
El año pasado, los legisladores estatales aprobaron una ley que exige que los defensores de las víctimas formen parte de cualquier investigación de abuso infantil.