Este artículo fue traducido por la periodista María Peña y editado por el periodista Carlos Cabrera-Lomelí del equipo de KQED en Español.
Las noticias pueden ser devastadoras: Comunidades por todo el país están consternadas después de que un tiroteo masivo matara a 21 personas, incluidos 19 niños, en una escuela primaria en Uvalde, Texas (enlace sólo en inglés). Eso es después de que un tirador, motivado por una teoría de conspiración racista, disparara y matara a 10 personas en una tienda de comestibles en la ciudad de Buffalo, Nueva York (enlace sólo en inglés), y otro tirador en Dallas hiriera a tres mujeres de ascendencia asiática (enlace sólo en inglés) en lo que el jefe de policía llamó "un crimen de odio".
Estos sucesos pueden ser incomprensibles para los adultos, así que ¿cómo conversamos de ellos con los niños?
Hemos hablado con un grupo de expertos en el campo de desarrollo infantil sobre lo que los padres, profesores y otros cuidadores pueden decir para ayudar a los niños a procesar todas las noticias aterradoras que hay. Esto es lo que nos dijeron:
Limitar la exposición a las noticias de última hora
"Podemos controlar la cantidad de información. Podemos controlar la cantidad de exposición", dice Rosemarie Truglio (enlace sólo en inglés), vicepresidenta de currículo y contenidos de Sesame Workshop.
Truglio dice que, para empezar, intente que sus hijos no vean las noticias sin usted. Eso incluye dejar que la televisión o la radio estén encendidas continuamente por largos periodos de tiempo. En 2017, el 42% de los padres de niños pequeños dijeron a Common Sense Media que la televisión está encendida "siempre" o "la mayor parte" del tiempo en la casa (enlace sólo en inglés).
Cuando crecía en la zona rural de Luisiana durante su niñez, Alison Aucoin recuerda que su padre veía las noticias de la tarde durante la guerra de Vietnam. "Por la forma en que estaba configurada nuestra casa, era imposible evitarlo por completo".
Aucoin recuerda vívidamente los disparos rápidos de los rifles y los gritos de los soldados, pero fueron dos palabras que los reporteros y presentadores utilizaban continuamente las que la asustaron de verdad.
"Escuché las palabras 'guerra de guerrillas' y... pensé en gorilas, como los simios", dice Aucoin. "Y literalmente tenía un plan para saber dónde me escondería en mi armario cuando llegaran los gorilas".
Truglio afirma que, dado que no podemos controlar las noticias en sí, los adultos deben controlar la tecnología que expone a los niños a noticias potencialmente traumáticas.
Pregunte: "¿Qué has oído y cómo te sientes?"
Aunque es importante limitar la exposición de sus hijos a información potencialmente aterradora, algunas historias son simplemente demasiado grandes para evitarlas. Y a medida que los niños crecen, si no se enteran en casa, es casi seguro que escucharán algo de sus compañeros en la escuela.
Tara Conley, investigadora de los medios de comunicación de la Universidad Estatal de Montclair en Nueva Jersey, dice que los adultos deberían elegir un momento tranquilo para hablar con sus hijos, tal vez en la mesa o a la hora de acostarse.
La idea, dice, es permitir que los niños "hagan preguntas sobre lo que están viendo, cómo se sienten y qué piensan". En otras palabras, dar a los niños un espacio seguro para reflexionar y compartir.
Dar a los niños datos y contexto
Hablar directamente con los niños también permite desmentir memes, mitos y conceptos erróneos, y eso es importante en la vorágine de las redes sociales, dice Holly Korbey, autora de Building Better Citizens (enlace sólo en inglés), un nuevo libro sobre educación cívica. Una vez, en los días posteriores a la publicación de algunas noticias internacionales, dice, "mis propios adolescentes me mostraban estos memes y rumores en Instagram difundiendo que los chicos estaban siendo reclutados para la tercera guerra mundial, no es broma".
Korbey dice, "una de las cosas más importantes que los padres pueden hacer en este clima de miedo es hablar con los niños sobre los hechos. Por ejemplo, 'No, no hay ningún reclutamiento, y no hemos empezado la tercera guerra mundial'."
Cuando le pregunten por qué ha pasado algo, evite utilizar etiquetas como "malos"
Evan Nierman, padre de dos hijos, vive en Parkland, Florida. Su hijo cumplió 11 años el día después del tiroteo de 2018 en el instituto Marjory Stoneman Douglas, y su hija tenía 8. Dice que uno de los momentos más duros para él como padre fue cuando sus hijos le preguntaron por qué había ocurrido el tiroteo. "Y obviamente no hay una buena respuesta para eso. Es difícil de explicar".
Truglio dice que debemos resistir la tentación de etiquetar a alguien como "malo" o "malvado". No es útil, y puede aumentar el miedo y la confusión. En su lugar dice ella, hay que hablar de que la gente sufre, están enojados y toman malas decisiones. Eso es lo que Nierman y su esposa decidieron, diciendo a sus hijos que el tirador no estaba bien y necesitaba ayuda.
Y según Truglio, hay una cosa importante que los padres no deben tener miedo de decir: No lo sé.
"A veces no tenemos las respuestas a todos estos porqués", explica. "Es importante que los padres digan 'No sé por qué ha pasado'".
Animen a los niños a procesar la historia a través del juego y el arte
Los niños suelen intentar dar sentido a lo que ven y oyen a través del arte y el juego creativo. A veces puede resultar perturbador para los adultos ver a los niños representar o dibujar algo aterrador o violento, pero este tipo de juego tiene un propósito importante.
Conley dice, "el juego forma parte de la reconstrucción de las propias historias [de los niños]". Ella lo llama "creación de significado" y dice que los adultos también lo hacen, al discutir historias con amigos o incluso al compartir memes en las redes sociales. "También nos ayuda a dar sentido al mundo que nos rodea...cuando nos bombardean con información", explica, "y nos ayuda a discernir la información creíble".
Resaltar cómo las personas se ayudan y cuidan unas a otras
Fred Rogers (enlace sólo en inglés), el entrañable presentador de televisión infantil, transmitió este consejo de su madre: "Cuando ocurra algo que dé miedo, busca a los que ayudan. Siempre encontrarás gente que ayuda".
Truglio lo hizo cuando habló con su entonces joven hijo sobre el tiroteo en la escuela Sandy Hook de 2012. El tiroteo ocurrió un viernes, y ella lo mantuvo alejado de la televisión todo el fin de semana.
"No encendimos la televisión hasta que el Presidente Obama habló y hubo un servicio conmemorativo", dice Truglio. "Nos centramos en lo positivo, cómo la gente se reunía y cuidaba de los demás".
Hay pruebas de que hablar de los ayudantes realmente marca la diferencia en la forma en que los niños ven su mundo. Tras el tiroteo en la escuela de Columbine en 1999, Sesame Workshop estudió las percepciones del mundo de los niños en edad escolar a través de sus dibujos. Las imágenes estaban llenas de violencia, dice Truglio: "pistolas y cuchillos y gente muerta".
Pero tras los atentados del 11 de septiembre, sólo dos años después, la cobertura de los medios cambió, dice, centrándose más en temas como "el país es fuerte. El país se está uniendo. Estamos unidos. Vamos a superar esto". Y esto marcó la diferencia para los niños, sus dibujos mostraban banderas estadounidenses y a policías o bomberos como héroes.
Actuar juntos de forma positiva
Alison Aucoin, que compartió sus recuerdos y miedos de la guerra de Vietnam, es de raza blanca, su hija, Edelawit, fue adoptada de Etiopía. Edelawit tenía solo 7 años cuando Michael Brown, un adolescente negro que estaba desarmado, fue abatido a tiros por un policía de raza blanca en Ferguson, Missouri en 2014.
"Tenía miedo de que me pasara algo así", dice Edelawit, que ahora tiene 12 años, y desde entonces, cada vez que se produce un tiroteo similar relacionado con la policía, ella y su madre siguen ciertos pasos. Primero, su madre comparte la noticia.
"Siempre tengo tiempo para asimilarlo", dice Edelawit. "Y luego ella me dice lo que puedo hacer para protegerme. Y luego vamos a protestar".
"Al hablar con nuestros hijos", dice Conley, "también tenemos que mostrarles cómo ayudamos nosotros también, y preguntarles: "¿Cómo te ves a ti mismo como ayudante en estas situaciones?"
Puede considerar la posibilidad de llevar a su hijo a una manifestación o protesta pacífica, recopilar donaciones juntos o escribir a un funcionario electo. El sentido de la acción puede reducir drásticamente la ansiedad del niño.
En otras palabras, no se limite a buscar a los ayudantes ... sea usted el ayudante.
Recursos adicionales (Información disponible en inglés y español)
Common Sense Media: Cómo hablar de las noticias con tus hijos
Child Mind Institute: Artículos sobre trauma y duelo en los niños
María Peña