WASHINGTON— Los defensores de inmigración han recibido tres strikes, pero no creen estar fuera aún. Al contrario: planean ignorar al árbitro.
Después de que el parlamentario del Senado rechazara el tercer intento de los demócratas de incluir disposiciones sobre inmigración en su extenso proyecto de ley de gastos sociales y climáticos, los defensores entraron en 2022 unidos en torno a una estrategia más audaz y políticamente más arriesgada: convencer a los demócratas del Senado de que no le hagan caso a su asesor de la cámara.
A finales de 2021 surgió, por primera vez en décadas, una división dentro de la comunidad de defensores de los inmigrantes, respecto a la mejor estrategia para impulsar protecciones críticas para inmigrantes indocumentados en el Congreso.
Algunos grupos adoptaron un enfoque de "todo o nada", defendiendo nada menos que el derecho a la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados. Después de que la parlamentaria del Senado, Elizabeth MacDonough, rechazara dos propuestas de este tipo, argumentando que no cumplían con las normas presupuestarias del Senado, otros defensores de los derechos humanos buscaron una opción más restringida, que proporcione protección temporal pero no la ciudadanía.
Pero en diciembre, cuando MacDonough rechazó también esa opción, dio lugar a una "alineación total inmediata" entre los organizadores, quienes fueron tras un plan para ver su decisión anulada, dijo Marielena Hincapié, directora ejecutiva de National Immigration Law Center.
"Quedó muy claro, literalmente en cuestión de horas, que todos estamos comprometidos en asegurar que la manera de garantizar que se haga la reforma este año —ahora en 2022— sigue siendo a través del 'Build Back Better', mediante un proceso de reconciliación", dijo Hincapié. "Y el camino para lograr eso es prescindir absolutamente de la parlamentaria".
Patrice Lawrence, codirectora de Red UndocuBlack, coincidió en que la última decisión de MacDonough había convencido a más organizadores, quienes antes se empeñaban en encontrar una alternativa que pudiera ser aprobada por la parlamentaria, para así poder ignorar su opinión.
"Ahora hay más gente que dice que los inmigrantes deben obtener la ciudadanía, que se les tiene que dar la tarjeta verde o que tienen que recibir protección permanente", dijo Lawrence. "Ya no están negociando contra sí mismos".
Según la estrategia propuesta, los demócratas del Senado restablecerían el lenguaje en un proyecto de ley que actualizaría el llamado registro de inmigración, para poner a algunos inmigrantes indocumentados que han vivido en Estados Unidos durante más de una década en el camino hacia la ciudadanía.
Cuarenta y un senadores demócratas tendrían que votar para mantener el lenguaje rechazado por la parlamentaria, aunque todos los 50 demócratas serían necesarios para la aprobación final del proyecto de ley y para evitar cualquier enmienda, liderada por los republicanos, que elimine las protecciones de inmigración.
Sin embargo, los defensores necesitan que los demócratas del Senado realmente se ocupen de esa carga, que recientemente pasó a un segundo plano frente a los esfuerzos por fortalecer el derecho al voto, y de revisar el filibusterismo después de que el senador Joe Manchin III, demócrata de West Virginia, dijera que no apoyaría el proyecto de ley.
Los defensores están manteniendo un recuento interno de los senadores demócratas que podrían votar para ignorar el consejo de MacDonough, según una presentación de PowerPoint obtenida por CQ Roll Call, que se mostró en una llamada con los defensores de los inmigrantes el mes pasado a raíz de la decisión de MacDonough.
"Confiamos en que, dado que se trata de la agenda doméstica del presidente, y que realmente pretende abordar las desigualdades estructurales, esa carga global salga adelante", dijo Lorella Praeli, copresidenta de Community Change.
Aun así, siguen existiendo algunas diferencias de opinión acerca del mejor camino a seguir dentro de la comunidad de defensores. Mientras que muchas organizaciones —y quizá más— están presionando a los senadores demócratas para que ignoren las sentencias de MacDonough, otros dentro del movimiento no están seguros de esa estrategia, dada la situación actual del proyecto de ley.
Los defensores han intentado durante casi un año introducir las tan esperadas protecciones migratorias en el proyecto de ley de reconciliación propuesto por los demócratas, de 2.2 billones de dólares, que podría aprobarse con una simple mayoría de votos. No obstante, todavía no han propuesto un lenguaje que pueda ser aprobado por la parlamentaria.
Los repetidos rechazos por parte de MacDonough dividieron a los defensores: algunos apoyaron las protecciones temporales, mientras que otros sostuvieron que todo lo que no sea la ciudadanía no será suficiente.
"La respuesta de los defensores de inmigrantes se ha fragmentado cada vez más, entre los que van a tratar de conseguir algún tipo de victoria en todo este proceso y los que todavía quieren conseguir lo que querían al principio: un camino hacia la ciudadanía", dijo Cris Ramón, consultor de inmigración independiente que ha trabajado con Migration Policy Institute, Bipartisan Policy Center y otros.
El movimiento de defensa inicialmente aspiró a ambas estrategias; los demócratas del Senado presentaron una tercera opción a MacDonough, que habría proporcionado permisos de trabajo temporales y protecciones contra la deportación a algunos inmigrantes indocumentados, pero no el camino hacia un estatus permanente. Mientras tanto, grupos comunitarios se reunieron en el recinto del Capitolio para pedir la ciudadanía.
"Creo que muchos grupos piensan que, si bajamos de categoría al estatus, tal vez eso vaya a apaciguar la perspectiva de la parlamentaria", dijo Angélica Salas, directora ejecutiva de Coalition for Humane Immigrant Rights, que presionó a los demócratas durante meses para que no tomaran en cuenta las decisiones de MacDonough.
"Y ahora que han visto que eso no la va a hacer cambiar de opinión de ninguna manera... creo que todos acaban de decir: 'No, no importa cuánto más se baje de categoría al estatus, ella va a seguir diciendo que no'".
Aunque están unidos en su objetivo de direccionar a los inmigrantes indocumentados a un camino hacia la ciudadanía, algunos defensores se preocupan en silencio de que la asamblea demócrata carece de los votos necesarios para avanzar de esta manera respecto a las disposiciones de inmigración.
Ramón también puso en duda la viabilidad de la estrategia, señalando que los demócratas tienen la más estrecha de las mayorías en el Senado, y que Manchin ha señalado que se opondría a los esfuerzos para anular la opinión de un parlamentario.
"La pregunta que creo que hay que hacer a estos grupos es la siguiente: ¿Es realmente viable, políticamente hablando, que nos apoyemos en una estrategia en la que tenemos el menor número de concesiones en políticas con las que no estamos de acuerdo? Y ¿qué podemos aprender de esto?", dijo Ramón. "Creo que es una reflexión que debe hacerse".
Con la proximidad de las elecciones de mitad de periodo, que dan a los republicanos la posibilidad de ganar el control de una o ambas de las cámaras del Congreso, la ventana de los demócratas para aprobar leyes como partido mayoritario se está cerrando rápidamente.
"Esto ejerce una enorme presión sobre la Casa Blanca y la administración, para que actúen fuera de la esfera legislativa y trabajen para proteger al mayor número posible de personas de las medidas de cumplimiento de la ley y de deportación a través de acciones ejecutivas muy adaptadas", dijo Jorge Loweree, director de políticas de American Immigration Council.
Aunque los ojos de los demócratas del Senado actualmente están en otro lado, el movimiento de defensa de los inmigrantes sigue adelante con sus actividades. Se ha programado una "semana de acción" en materia de inmigración a finales de enero, junto con visitas virtuales para ejercer presión a las oficinas del Congreso en febrero, según una presentación en enero hecha a otros defensores.
Además de la defensa legislativa, los defensores también presionarán al gobierno de Biden para que reduzca las detenciones de inmigrantes, amplíe las protecciones humanitarias temporales a las personas procedentes de naciones en conflicto y reabra la frontera a las solicitudes de asilo.
La idea ya ha recibido el apoyo de la asamblea demócrata. Casi tres docenas de senadores demócratas pidieron a los funcionarios de la administración Biden, en una carta del 10 de enero, que ampliaran las protecciones temporales para inmigrantes de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala.
"Hay mucha unidad en torno a querer hacer algo", dijo Praeli. "Hay mucha unidad en cuanto a utilizar todas las herramientas y palancas que tenemos para conseguirlo. Todo se reduce a cuestiones de voluntad política y a la capacidad de los demócratas para organizarse y organizar su grupo".