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James David Dickson

El tiroteo en Oxford expone los límites y las necesidades de la salud mental en las escuelas

OXFORD, Michigan— Los expertos dicen que un dibujo que un profesor encontró antes de un tiroteo mortal en Oxford High School sugirió que el acusado Ethan Crumbley, quien realizó los disparos, era suicida, no un peligro para los demás, y es probable que esa fuera la razón por la cual los consejeros escolares decidieron no involucrar a la policía antes de que cuatro estudiantes fueran asesinados.

El caso de Crumbley, sostienen, demuestra las limitantes que presentan las escuelas en cuanto a los problemas de salud mental que afectan a los estudiantes, así como en los protocolos deficientes de cuándo y cómo ellos pueden o deben buscar ayuda.

Una preocupación clave entre los investigadores y los fiscales después del tiroteo fue por qué se tomó la decisión de permitir que el adolescente permaneciera en la escuela.

Una ley estatal de disciplina escolar de 2017 ordena expulsiones escolares si se cometen tres delitos: posesión de un arma peligrosa, incendio provocado o conducta sexual delictiva. El estado también requiere que los distritos locales consideren hacer prácticas restaurativas en lugar de castigos—analizando siete factores antes de suspenderlo o expulsarlo, incluyendo la edad del estudiante, su estado de discapacidad, su historial disciplinario y la gravedad de la violación cometida.

Las suspensiones y expulsiones por parte de las escuelas de Michigan, así como la detención de adolescentes por hacer falsas amenazas a la escuela, surgieron después de la matanza del 30 de noviembre en la escuela del Condado Oakland.

La cuestión sigue siendo preocupante, ya que los alumnos continúan asistiendo a clases presenciales, mientras que otros distritos que imparten clases virtuales, como el de Detroit, tienen la intención de volver a la enseñanza presencial cuando los casos de COVID-19 disminuyan.

Los archivos del tribunal detallan los dibujos que llevaron a la oficina al estudiante de segundo año de preparatoria en las horas previas al tiroteo del 30 de noviembre.

Un profesor preocupado le tomó captura de pantalla al primer dibujo, el cual presentaba una pistola, una bala y una víctima sangrando a causa de los disparos, y posteriormente alertó a un consejero de la escuela. Las notas escritas a mano junto al dibujo decían: "Mi vida es inútil," "Sangre por todas partes" y "Los pensamientos no se detienen, ayúdame".

El dibujo fue supuestamente modificado más tarde por el adolescente, quien eliminó el arma y la munición, así como los comentarios a favor: "¡OHS es lo mejor!" y "¡Amo demasiado mi vida!".

El superintendente de Oxford, Tim Throne, dijo que los padres de Crumbley "se negaron rotundamente" a llevar a su hijo a casa después de discutir la nota con los funcionarios de la escuela, y luego de que se les dijo que tenían 48 horas para someterlo a un tratamiento de salud mental, o sino presentarían un informe a Child Protective Services. A Crumbley se le permitió permanecer en la escuela, y el tiroteo sucedió después.

La doctora Carolyn Stone, presidenta de ética de American School Counselors Association, dijo a The Detroit News que, si los funcionarios de la escuela veían a Ethan como un suicida, eso condicionaba su respuesta a sus supuestos comportamientos. Los asuntos disciplinarios, señaló, proporcionan a las escuelas más opciones, incluida la expulsión de un estudiante.

"Seguramente hubo una comprensión abrumadora", dijo Stone, por parte de los consejeros de la escuela, quienes "sabían que se trataba de suicidio".

"No se puede decir a un padre que porque su hijo es suicida ya no son elegibles para una educación pública gratuita sino hasta que se obtiene una evaluación", dijo Stone, que también es profesora de la Universidad del Norte de Florida (UNF). "Lo que el consejero no pudo hacer fue mirar en su cabeza y su corazón".

Oxford Community Schools no ha respondido a las solicitudes de entrevistas. Throne defendió las acciones del distrito y sostiene que "no se justificó ninguna disciplina" para Crumbley.

Las escuelas necesitan tener "umbrales" para determinar cuándo intensificar una situación a la aplicación de la ley o de los recursos de salud mental externos a la escuela, dijo el doctor Steve Brock, profesor y coordinador del programa de psicología en la facultad de educación de la Universidad Estatal de California (CSU), en Sacramento.

"No hay un perfil que podamos examinar e implementar para averiguar '¿Quién va a ser la próxima persona que se haga daño a sí misma o a otra persona?'", dijo Brock. "Nos fijamos en comportamientos observables y concretos. Eso incluye escritos y dibujos. Y esos señalan claramente la necesidad de una investigación—una evaluación de riesgo de algún tipo".

Brock dijo que los líderes escolares a nivel de distrito necesitan "conexiones preestablecidas a los recursos 24/7", algo que está más allá de lo que la propia escuela puede ofrecer.

"No significa que ese chico esté bien solo porque la escuela terminó o porque es fin de semana", dijo Brock.

El sheriff del Condado Oakland, Mike Bouchard, expresó su consternación ante el hecho de que no se notificara a la policía de los supuestos dibujos de Crumbley, ni se le llamara cuando un profesor envió al estudiante a la oficina de la escuela un día antes del tiroteo, después de que supuestamente se le encontrara buscando munición en su teléfono.

Ralph Godbee —ex jefe de policía del distrito escolar de Detroit y, antes de eso, jefe de policía de Detroit— está de acuerdo, sosteniendo que "se perdió una pieza importante" en la respuesta de la preparatoria.

Un oficial de policía, señaló Godbee, "puede ser el declarante en una petición para lograr que alguien sea internado durante 72 horas, para su observación, si ese alguien está sufriendo algún tipo de crisis de salud mental".

En lugar de dar a los Crumbleys 48 horas para que su hijo sea tratado, como hizo la escuela, el periodo de observación de 72 horas podría haber comenzado inmediatamente, dijo, si un oficial hubiera elegido ser el declarante.

Pero Stone dijo que normalmente no sería apropiado que un oficial de policía se sentara en una reunión con un estudiante suicida.

"No había nada garabateado en esa hoja de matemáticas que negara la ideación suicida", dijo Stone. "Estaba hablando de sí mismo. Tenía a alguien sangrando, con dos agujeros de bala. Escribió 'ayúdame'".

Brock dijo que la perspectiva de un compromiso psicológico no debe tomarse a la ligera, especialmente si es involuntario y si no se cuenta con el apoyo de la familia.

"Enviar a un chico que tiene pensamientos fugaces a una habitación aislada puede ser traumatizante", dijo Brock.

Y enviar a un estudiante suicida a casa solo sería una negligencia, señaló Stone.

Si los padres se niegan a tomar medidas en el asunto, dijo Stone, un consejero de la escuela puede amenazar con presentar un informe de negligencia, tal y como un miembro del personal de Oxford High School advirtió que haría si los padres de Crumbley no hacen que al chico se le evalúe.

La fiscal general de Michigan, Dana Nessel, envió en octubre una carta a los directores y superintendentes de las escuelas públicas del estado, recordándoles que la ley les obliga a considerar todas las opciones antes de suspender o expulsar a un alumno. Señaló que hay una "necesidad crítica" de que se implementen prácticas restaurativas en las escuelas, un método que hace hincapié en la solución del daño a las posibles víctimas y a la comunidad escolar, causado por la mala conducta de un alumno, como una alternativa a la suspensión del mismo.

El código de conducta de Oxford también fomenta alternativas a las suspensiones y expulsiones de estudiantes.

Rick Joseph, profesor de quinto/sexto grado de Birmingham Public Schools, fue Profesor del Año de Michigan en 2015-16, y forma parte de la Comisión de Seguridad Escolar de Michigan.

Como profesor, Joseph dijo que estuvo de acuerdo con la decisión de la escuela de permitir que Crumbley volviera a clase ese día.

"Es un chico de 15 años", dijo Joseph. "Mi trabajo es mantenerlo en la escuela, no enviarlo a casa".

Joseph continuó: "No creo que yo hubiera hecho algo diferente. Eso es lo que hace que la situación sea tan absoluta y terriblemente trágica".

Aunque promete procesar "con todo el rigor de la ley" las amenazas escolares legítimas —un informe falso o una amenaza de terrorismo conllevan 20 años de prisión en Michigan—, el fiscal del Condado Macomb, Pete Lucido, ha dicho que le preocupa que los funcionarios escolares llamen prematuramente a la policía en asuntos disciplinarios escolares que no merecen la participación de un oficial.

"Casi se está estableciendo ahora cada administrador y empleado de la escuela para que los policías se adelanten y manejen tales situaciones," Lucido dijo a The News. & quot;¿Por qué? Eso los exonera de cualquier posibilidad de culpabilidad."

Crumbley, de 15 años, está acusado de 24 cargos, entre ellos asesinato en primer grado y terrorismo durante el ataque. Sus padres, Jennifer y James Crumbley, están acusados de cuatro cargos de homicidio involuntario. El equipo de defensa de los padres de Crumbley ha argumentado que habían guardado la pistola Sig Sauer de 9 mm que supuestamente se usó en el tiroteo, y que no sabían que su hijo representaba un peligro.

Oxford Community Schools se enfrenta a un par de demandas de 100 millones de dólares relacionadas con el tiroteo.

Las autoridades escolares de Oxford anunciaron el mes pasado un enfoque de cero tolerancia en cuanto a la disciplina impuesta a los estudiantes. Los funcionarios de la escuela han sido objeto de escrutinio, por dejar que Crumbley volviera a la población escolar después de interrogarlo acerca del dibujo violento.

Jill Lemond, superintendente adjunta de las escuelas de Oxford, dijo que la política implica que cualquier estudiante que haga amenazas violentas o cree imágenes violentas en la escuela será inmediatamente expulsado, y los administradores y el oficial de recursos escolares inmediatamente notificados.

El estudiante solo podría volver a la escuela después de que una revisión de salud mental por parte de terceros se hubiera llevado a cabo, dijo Lemond.

La portavoz del distrito, Danielle Stublensky, señaló que la política de cero tolerancia relativa a las amenazas o al uso de armas en las escuelas ya es una política de la junta directiva, y que ahora se está aplicando respecto a contenidos violentos.

Los expertos afirman que la evaluación de las amenazas debería estar a cargo de un equipo multidisciplinario, compuesto al menos por un trabajador social, un funcionario escolar y las fuerzas del orden.

Michael Dorn, director ejecutivo de Safe Havens International, dijo que esos equipos detectarán cosas que la policía, los trabajadores sociales o los funcionarios escolares pasan por alto cuando trabajan por su cuenta.

Safe Havens International ha sido consultor en muchos alborotos escolares de alto perfil, incluido el tiroteo de febrero de 2018 en Parkland, Florida, en el que murieron 17 estudiantes.

"Lo que recomendamos es una estructura formal y un proceso capacitado de evaluación y gestión de amenazas", dijo Dorn.

También debería elaborarse un plan de seguridad individual, que incluya revisiones periódicas de las mochilas de los estudiantes, añadió Peri Stone-Palmquist, directora ejecutiva de Student Advocacy Center de Michigan.

"La pregunta es: ¿qué es lo que realmente crea seguridad?", dijo Stone-Palmquist. "¿Cómo creamos más conexión para los niños y para mantenerlos cerca?".

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