WASHINGTON — En el primer mes de 2022, COVID-19 mató a más estadounidenses que la gripe en tres años, según muestran los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU.
Del 1 al 30 de enero, aproximadamente 55,000 estadounidenses murieron debido a la COVID-19, lo que elevó el promedio de muertes en siete días al punto más alto desde el invierno pasado, antes de que las vacunas estuvieran ampliamente disponibles, según datos de los CDC.
Entre 2019 y el 22 de enero de este año, la influenza cobró más de 24,000 vidas, según muestran las cifras de los CDC. De 2019 a 2020, 20,000 personas murieron a causa de la gripe, seguido de fuertes descensos en 2020-2021 y de 2021 al presente, que totalizaron aproximadamente 4,000 muertes.
La cantidad de muertes por influenza para el periodo 2020-2021 no estaba disponible en el sitio web de los CDC, pero la organización compartió la cifra, 748, con el Journal of the American Medical Association.
Aunque el coronavirus a veces se ha comparado con la gripe, a menudo en un intento de minimizar su gravedad, los datos demuestran continuamente que el COVID-19 es más letal.
Los números recientes de los CDC refuerzan ese hecho, pero también sugieren que con la variante ómicron más nueva y "más leve", el COVID-19 sigue siendo una amenaza mayor para la salud pública que la gripe.
Si bien ómicron se considera más leve que delta de forma individual, ya que es menos probable que mate u hospitalice a las personas a las que infecta, especialmente si están vacunadas, lo compensa con la transmisibilidad, informó Associated Press. Cuantas más personas infectadas, más posibilidades tiene el virus de matar.
“ómicron nos empujará a más de un millón de muertes”, dijo Andrew Noymer, profesor de salud pública en la Universidad de California, Irvine, al medio. “Eso causará mucho examen de conciencia. Habrá mucha discusión sobre lo que podríamos haber hecho de manera diferente, cuántas de las muertes se pudieron prevenir”.
Las muertes aumentaron a medida que la variante ómicron altamente infecciosa se movía por todo el país, estableciéndose como la variante dominante en cuestión de semanas.
Después de arrasar con una población determinada, las infecciones de ómicron parecen alcanzar un pico, seguido de una fuerte disminución, informó McClatchy News. Los expertos han sugerido que ómicron podría ser un "punto de inflexión" en la pandemia, un cambio hacia algo más manejable.
En EEUU y en países de todo el mundo, como España y Japón, algunos líderes observan a ómicron con esperanza, creyendo que la variante podría tratarse como la gripe, informaron los medios. Y si es como la gripe, entonces puede ser hora de volver a la vida que era antes de que el coronavirus arrasara el mundo, o al menos, es una señal de que las restricciones pueden aliviarse.
Pero es demasiado pronto para declarar la victoria sobre el COVID-19, dicen los expertos.
Los casos están disminuyendo en EEUU "casi tan rápido como surgieron", pero las muertes siguen siendo altas, dijo la directora de los CDC, Rochelle Walensky, a Katie Couric en una entrevista, y agregó que en el caso de ómicron, "más leve no significa leve".
“Todos queremos estar en un lugar donde no vivamos en una situación de crisis”, dijo Walensky. "Aún no estamos allí".
También es poco probable que ómicron siga siendo la variante dominante de COVID-19 para siempre, dijo a la BBC Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la Organización Mundial de la Salud.
“Este virus todavía está evolucionando, todavía está cambiando”, dijo. "No terminará con esta última ola con ómicron, y desafortunadamente no será la última variante de la que nos escuche hablar".
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